PISCO – Tim y Tom Coronel disfrutaron de una buena primera etapa del Rally Dakar 2019 al completar la jornada inaugural de competencia propiamente dicha sin mayores inconvenientes. Tras la especial de 84 kilómetros, el dúo holandés llegó al campamento con una sonrisa en el rostro.
Sin importar cuánto uno se prepara para un evento de esta naturaleza, el Dakar siempre trae aparejada alguna sorpresa en el camino, donde se puede apreciar cómo se comporta el auto y cuáles son los aspectos a mejorar. Hace un año, la etapa de apertura de la carrera maratónica no fue igual de acogedora para ellos, pero ahora los hermanos del Jefferies negro cumplieron con su cometido sin tantas trabas.
“¡Aquí estamos!”, expresó un entusiasmado Tom en la llegada. “Todo salió bien. Cometimos un pequeño error al principio, pero lo corregimos al darnos cuenta del mismo. Pasamos a otros competidores, como indicativo de que la velocidad de nuestro vehículo no es un asunto a considerar”. Tim también estaba contento al ver que un arranque fluido era el premio a largos meses de trabajo: “El auto funcionó muy bien, especialmente si lo comparamos con 2018, cuando los problemas con la temperatura nos complicaron sobremanera e íbamos regulando la marcha a cada rato. Afortunadamente, eso ha quedado atrás y ahora estamos en control de la prueba”.
Aunque el tramo fue corto, no resultó fácil. “A veces, pasábamos por sectores bastante difíciles”, confirmó Tom. “Sin embargo, Tim condujo estupendamente porque él adora la arena y las dunas. Saltamos alto en un par de ocasiones, tal y como es parte de este rally. Lo importante es que ya el primer día es historia y lo terminamos con una sonrisa”.
Mañana, las distancias se alargan, ya que los participantes atravesarán la ruta desértica entre Pisco y San Juan de Marcona a través de un total de 554 kilómetros, 42 de los cuales son contrarreloj. En general, será una de las etapas más extensas de esta edición.