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Los Coronel completaron la etapa maratón

UYUNI – La primera parte de la etapa maratónica prevista para esta edición del Rally Dakar transcurrió sin inconvenientes serios para Tim y Tom Coronel. El exigente compromiso de casi dos días de duración dividido apenas por un rato de campamento sin asistencia se llevó a cabo en las planicies bolivianas. Tras el intenso calor de la semana pasada en Perú, ahora los participantes se enfrentaron a viento, frío, llovizna y hasta sectores helados.  Las condiciones imperantes fueron difíciles y muchos arribaron al bivouac pasada la medianoche. Mientras que algunos se quedaron por el camino, los hermanos holandeses se encontraron en el lugar alrededor de las 20:30 de ayer.

“Durante las primeras horas de la etapa, tuvimos problemas con el alternador y un rodamiento roto. Con ayuda de la gente de la zona, lo pudimos cambiar. Nos sigue pareciendo fascinante el grado de entusiasmo y de solidaridad que tienen todos aquí”, señaló  Tim. “Lamentablemente, todo esto nos demoró bastante. La lluvia lo complicó aún más las cosas y muchos se empantanaron. Nosotros quisimos ayudar a una piloto española que se había quedado encajada en el barro a la altura del eje, pero no logramos sacarla por mucho que lo intentamos, cosa que sí logró un camión un rato después. Habremos perdido 20 minutos en ese trámite. Algo más tarde, nos atascamos nosotros, aunque la asistencia llegó rápido y nos puso en acción de nuevo”.

 

Tom acotó: “A la última hora y media del especial la hicimos al oscuro, pese a lo cual nos fue bien. Tim condujo y yo navegué. Él quiso aumentar el ritmo que traíamos y la verdad es que se apreció el progreso, pudiendo llegar no tan tarde al bivouac, donde tuvimos que acondicionar el coche por nuestra cuenta. Tim se hizo cargo de aspectos técnicos y yo de la hoja de ruta, con lo cual repartimos bien las tareas. Lo estamos disfrutando, así que continuaremos de esta manera”.

 

Habiendo puesto a punto el auto, llegó el turno de descansar y en el caso de Tom se hizo al estilo Coronel: “Decidimos ir a dormir al mismo lugar que los periodistas. Vimos una cama inflaba desocupada y salté encima de ella, ¡pero a la mañana me desperté antes de lo previsto porque se había desinflado por completo! Alguien había aflojado su válvula para soltar el aire. Debe haber sido su cama y se habrá querido ir. El Dakar es único en todo sentido”, remató mientras se reía.