AREQUIPA – Tim y Tom Coronel cumplieron ayer con la jornada más extensa del Rally Dakar 2018 sin dificultades de consideración. En total, fueron 267 kilómetros cronometrados, divididos en dos partes. La primera era de 50 kilómetros por pleno desierto peruano y se cobró varios abandonos, como por ejemplo el de una de las figuras de Peugeot, Sébastien Loeb. Incluso para el 13 veces ganador de la carrera, Stéphane Peterhansel, fue una etapa durísima que lo llevó a comentar que las dunas recorridas pusieron a pruebas a los más experimentados, ya que una vez atascado en ellas, es casi imposible salir airoso.
Mientras que muchos competidores lidiaron con inconvenientes de todo tipo, los gemelos holandeses anduvieron bien. Sin embargo, Tim y Tom también estuvieron en la larga lista de quienes debieron bajarse de su auto repetidamente para sacar a la camioneta Jefferies de la arena blanda. “Les cuento que estas eran dunas de verdad. Extraordinarias”, recordó Tim al final del tramo. “Ahora entiendo porqué incluyeron este sector en la prueba por solo 50 kilómetros. Fue una zona muy complicada de atravesar. Aunque este es mi quinto Dakar, nunca antes había conducido por dunas que representaran semejante desafío. Todo fue increíble. Nos enterramos dos veces y en la primera de ellas perdimos una de las planchas. Para la segunda, pedí prestada una de un participante al que le había sucedido lo mismo a 100 metros de nosotros. Siento que movimos una montaña de arena como 150 metros antes de continuar, pero lo que cuenta es que lo logramos. También fue remarcable el hecho de no tener problemas con el coche, algo que nos deja tranquilos para los próximos días”.
Durante la segunda sección, hubo otra situación comprometida en la que el vehículo Nº347 se inclinó y quedo apoyado sobre uno de sus costados. Tom la explicó: “Estábamos en el medio de una zona por donde todos tenían que pasar y nos atascamos. Quienes venías detrás tenían dos opciones: o nos ayudaban a salir o se quedaban a esperar demasiado tiempo, así que fuimos suertudos en ese sentido. Ton van Genugten los puso de nuevo con las cuatro ruedas sobre el suelo. A todos los que colaboraron, los invitamos después a que pasar por el bivouac a compartir una cerveza. Habremos perdido una hora en la maniobra y hasta allí todo venía saliendo realmente bien. Los trastornos iniciales con el auto no se repitieron, de manera que ya no nos preocupamos por eso”.
Para quienes seguían a los Coronel en los cómputos online, era difícil llevar un registro porque no aparecían en el sistema de la organización. “Investigaremos qué sucedió. Sino, seguiremos como volando bajo el radar”, concluyó Tim bromeando.