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Tim y Tom recorrieron el tramo final

PISCO – Los kilómetros finales de una carrera como el Rally Dakar pueden ser los más difíciles. Esa teoría se cumplió durante la novena y penúltima etapa para Tim y Tom Coronel, quienes -pese a todo- se las ingeniaron para llegar al campamento con su auto bastante desgastado justo antes de caer la noche.

 

 

 

Durante horas, los gemelos del equipo Coronel Dakar Team transitaron bien por las vastas extensiones de arena. Tom navegó correctamente a su hermano, esquivando potenciales peligros en la ruta mientras Tim hacía serpentear al Jefferies número 347 por las dunas. Sin embargo, a 60 kilómetros de la meta, las complicaciones estuvieron otra vez a la orden del día. Fue con la ayuda de la gente local y mucha determinación que lograron volver al bivouac.

 

Tom relató lo sucedido: “Nos pasó algo increíble. Veníamos más que bien durante casi todo el camino hasta que a 60 kilómetros del arribo no sé debido a qué, pero el atardecer se convirtió en un desastre. Los criques no funcionaron más, nos equivocamos en la navegación, Tim se metió en un pozo inmenso. Fue así que el coche sufrió varios daños, especialmente considerables en la suspensión. No se lo veía bien al pobre”.

 

Después de recibir ayuda de los habitantes de la zona al momento de cambiar la bacteria, los holandeses tomaron una decisión. Tim expresó: “Eventualmente, descartamos totalmente la idea de reparar la suspensión. La batería estaba en condiciones otra vez y elegimos proseguir aunque el tren delantero estuviera completamente torcido. El criterio fue acertado porque pudimos llegar al campamento justo antes de que oscurezca. No habían transcurrido ni diez minutos desde que estacionamos que la noche se cerró absolutamente y todo alrededor era negro. ¡Tuvimos suerte en ese sentido!”.

 

La etapa conclusiva del Rally Dakar 2019 se llevó a cabo con una distancia de 112 kilómetros como paso previo a la coronación de los participantes que esta tarde logren trepar la rampa de llegada en Lima.