SAN JUAN DE MARCONA – Hasta ahora, el Rally Dakar 2018 no había sido precisamente perfecto para Tim y Tom Coronel. Durante el primer día, los aquejaron problemas con los frenos y la temperatura del motor. Esto último persistió en la segunda etapa, además de quedarse encajados en la arena interminable de ese paisaje peruano. Ayer, en ocasión de la tercera jornada de competencia, los conocidos gemelos procedentes de Holanda tuvieron sus traspiés y dejaron atrás un proceso muy largo que incluyó pasar gran parte de la noche en el desierto. En incursiones anteriores de este mismo evento, ellos ya habían atravesado por circunstancias idénticas más de una vez, de modo tal que sabían a lo que se atenían, aún sacrificando la idea de postergar el ansiado descanso en el bivouac.
Habiendo transcurrido ese trance al oscuro en la silenciosa inmensidad del terreno, los Coronel volvieron al ruedo apenas surgieron los primeros rayos de sol. Entonces sí completaron los 40 kilómetros que les faltaban para llegar al punto final del tramo antes de encarar otros 200 hasta el campamento.
“Fue una noche realmente larga”, repasó Tim. “La pasamos en las dunas junto al camión bombero de Richard de Groot. No teníamos forma de hacer esa última sección con tanta oscuridad, por lo cual pensamos que dormir un momento allí cobraría más sentido. Amaneció como a las 5:30 e inmediatamente retomamos la marcha. Llegamos con el tiempo justo para revisar todo y ¡partimos de nuevo! En el comienzo del especial, volvimos a penar con el recalentamiento del impulsor, pero a esta altura del rally creemos que hemos encontrado la solución. De ser así, iremos acelerando cada vez más”.
Enlace > 114 km – Especial > 330 km
Los participantes dan otra vuelta netamente arenosa alrededor del departamento de San Juan de Marcona, alejándose de unas playas soleadas para internarse como es habitual en esta parte del evento en las dunas. A los largo de cuatro controles de paso, se pasa del nivel del mar a una altura de casi 1.900 metros.
